miércoles, 31 de agosto de 2011

UN CANTO AL SEÑOR


“Hola cómo estás,
doy gracias a Dios;
porque estamos aquí
alabando su nombre…”

Esta es la primera estrofa de un canto al Señor que se hace en el Templo Bautista de Lawton para saludar a los hermanos después de días sin vernos y agradecerle a Dios por todo lo que nos pasa en la vida. El tiene potestad sobre la vida, la muerte y la historia de los hombres; porque es el Todopoderoso. Cuando cierra nadie puede abrir o cuando abre nadie puede cerrar. El ser humano en sus profundas investigaciones científicas sólo ha demostrado el ordenamiento racional de las obras de la Supraconciencia.

En el tiempo que escucho esta alabanza vienen a mi mente muchos recuerdos, algunos de dolor, otros de esperanza y alegría, y todos de eterno agradecimiento al Señor y a todas esas buenas personas solidarias que reclamaron mi libertad y, que aun, continúan elevando sus voces por la libertad de mi patria.

El Señor es nuestro padre eterno, nos ama desde el primer día en que fuimos concebidos sin importar quienes somos en la actualidad; así pues como un padre mortal ama a su hijo, el también es inigualable en amor y quiere a todos sus hijos porque no hace acepción de persona. Estos principios de amor y libertad son los necesarios para fundar nuestra República.

Desde 1959 la censura a la libertad religiosa se exacerbó, comenzó la persecución y encarcelación de los fieles de las iglesias cubanas y la confiscación de sus templos y bienes.

En 1992 se modifica la Constitución espuria y atea, y se pasa a un sistema comunista laico, disminuye el conflicto Estado-Iglesia pero aún no existe verdadera libertad de conciencia en nuestro país. Algunos eclesiásticos por obtener las prebendas del régimen castrista niegan el estado de hostigamiento a sus iglesias y dan loas a la dictadura; inclusos a los sacerdotes comprometidos con la verdad y su pueblo son excomulgados de sus puestos o expulsados de su congregación o del país. De estas arbitrariedades existen muchas, solo expondré dos muy conocidas por los cubanos: el Arzobispo recién fallecido Pedro Meurice y el pastor Jordi A. Toranzo.

“…Bienvenido seas,
bienvenido seas
a la casa del Señor”.

Mientras continué gloriando al Dios Bíblico con la segunda estrofa del cántico hice evocación de mis amigos en la Fundación Lawton, pues son buenos padres de familia y los felicito, así como extendí estas congratulaciones a todos aquellos progenitores que se encuentran exiliados y de otras nacionalidades que apoyan la causa de la libertad del pueblo cubano.

Honro sobre todo a mi buen padre por entregarme su amor incondicional y despertar en mi la fuente de libertad, la cual brotó cuando desde niño lo observaba como oía clandestinamente la radio libre.

Por todas esas cosas buenas clamo a ti Padre Santo y recuerdo tus palabras para que este pueblo sufrido las repita:

“Clama a mi, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tu no conoces”.

Entre tanto el cántico se escuchaba más fuerte y agradable, y a una sola voz los feligreses repetían


“Hola como estas,
Doy gracias a Dios;
Porque estamos aquí
alabando su nombre.

Bienvenido seas,
bienvenido seas
a la casa del Señor”.

Dr Oscar Elias Biscet

Dr Oscar Elias Biscet
Dr. Oscar Elias Biscet

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