miércoles, 25 de abril de 2012

EL PAPEL DE LOS INTELECTUALES EN LA LIBERTAD

“Una lengua es una lógica. Se escribe bien, cuando se expresa una idea o una sensación con la palabra justa. Todo lo demás no es mas que pompones y faralaes”. Esta frase escrita en la novela experimental de Emile Zola. Pero lo que en realidad cambió su vida y su obra fue su carta Yo Acuso, celebre alegato que publicó en la primera plana del diario francés  L’Aurore, el 13de enero de 1899. Este manifiesto de condena por la injusta sanción en un juicio plagado de excentricidades y parcializado al capitán Alfred Dreyfus; un judío-alsaciano, miembro del Estado Mayor del Ejercito Francés. Dreyfus sirvió como chivo expiatorio, acusado de alta traición y condenado a cadena perpetua en la Isla del Diablo, en la Guayana Francesa. El caso Dreyfus puso al descubierto el fiero clericalismo y antisemitismo en la cúpula de poderes de la sociedad francesa de fines de siglo XIX y principios del XX. Del mismo modo definió por primera vez en el mundo el concepto de intelectual. Este término designaba el conjunto de personajes de la ciencia, el arte y la cultura que apoyaban la inocencia  y la liberación de Dreyfus. Adentrándonos en la semántica definitoria de intelectual, se dice, de la persona que realiza actividades en que predomina el empleo de la inteligencia y expone sus meditaciones críticas de la realidad. Las personas dedicadas a la actividad de pensamiento lideran, influyen y pueden cambiar conductas y patrones en la sociedad, incluso a la misma sociedad. Esta repercusión pública incrementa el valor prestigioso de esta categoría social. Los derechos de estos creadores y de toda persona en general están garantizados en la Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH); que es el fundamento de una sociedad libre. Por consiguiente, la libertad intelectual es parte inquebrantable de libertad. Y como expresa, el artículo 19 de la DUDH: cualquier pensamiento, idea u opinión es para ser manifestado y disfrutado sin limitaciones externas. El régimen castro-estalinista es una sociedad muy distante a la francesa de los siglos XIX y XX. Sin embargo, los graves problemas sociales de antisemitismo, juicios parcializados y politizados, y los prisioneros de conciencia se observan frecuentemente en la Cuba Castrista. La categoría de intelectual ha sido mutilada para aquellos creadores de pensamiento libre y sobre todos los contestatarios. Sus obras han sido condenadas al ostracismo y para muchos de estos intelectuales, el exilio ha sido su hogar. Algunos paradigmas de estas parafernalias son: el poeta, Gastón Baquero; el escritor, Cabrera Infante; la poetisa y escritora, Zoe Valdés; el poeta y periodista Raúl Rivero y otros igualmente merecedores pero que harían interminable esta lista. En La Unión Soviética de Stalin se consideraba a los intelectuales que apoyaban al régimen como tontos útiles. Y esa es la sentencia verdadera que promueve Castro en su dictadura del proletariado, denigrándolos como voceros incondicionales de su autocracia. Aunque salvando la distancia en tiempo y creación representan el espíritu de profunda sumisión y apáticos a la libertad de Aristóteles y Virgilio. En general, los intelectuales y sus obras ejercen una influencia importante en las letras y la sociedad; pero no siempre ocurre así. Algunos como Sócrates, sus diálogos se conocen a través de Platón; Antístenes,  fundador de la escuela cínica; Diógenes de Sinope, alumno más brillante de la escuela cínica, llevo al extremo el desprecio por la riquezas, vivió en un tonel; Jesús el Nazareno, un extremista del amor, la verdad, la justicia y la libertad. Ninguno dejo nada escrito de su autoría pero con su elocuencia y su integridad cambiaron profundamente al mundo. En este mundo contemporáneo existen las facilidades para exponer públicamente las ideas tanto orales como escritas; gracias a que los medios masivos de comunicaciones se han hecho más  asequibles para el ciudadano común. Todo ello,  asociado a la hiperproducción, venta y abaratamiento de los precios de las computadora, la telefonía y el cada vez más creciente respeto a los derechos humanos básicos.  En la Cuba tiránica existen violaciones flagrantes y sistemáticas de las libertades fundamentales: la libertad de expresión, de palabra, de prensa y de asociación, etc. La represión política va en incremento, las detenciones, encarcelamientos, golpizas y torturas son los instrumentos idóneos utilizados por el gobierno para impedir la conquista de la libertad por parte del pueblo cubano. No obstante, los cubanos utilizan todas las vías posibles para hacer llegar su mansaje de libertad y denunciar a los organismos internacionales las violaciones de los derechos humanos. Los teléfonos, las computadoras y las cámaras fotográficas, la televisión satelital son los instrumentos más odiados por la policía política castrista. Los Facebooks, las páginas webs, los blogs y los twitters, son  espacios  ideales para expresar las ideas disidentes y las denuncias al régimen a pesar del exceso de control por el estado policiaco. Estos instrumentos y medios en poder  de la intelectualidad y, sobre todo, de las personas comunes en nuestra Isla han perforado los muros de la desinformación impuestos por el aparato represivo de la tiranía. Asimismo, se ha manifestado el espíritu independiente con un impacto crítico en la sociedad. Cualquier frase lapidaria puede conmover el pensamiento y las actitudes de los ciudadanos y desembocar un nuevo enfoque en la sociedad. Por esto, termino este artículo con una frase de Zola, en su carta abierta, Yo Acuso; que muy bien puedo divulgar como Tweet: “Mi deber es hablar, no quiero ser cómplice”.    Dr. Oscar Elías Biscet Presidente de la Fundación Lawton de Derechos Humanos Medalla Presidencial de la Libertad

miércoles, 11 de abril de 2012

LOS CUBANOS Y LA LIBERTAD

Pienso frecuentemente en varias personalidades por su rol en la historia de la humanidad; estas son: Isabel Alejandra María II del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte y de otros reinos y territorios, y Gobernadora Suprema de la Iglesia de Inglaterra; el papa Benedicto XVI, Soberano del Estado de la Ciudad del Vaticano y Vicario de Roma; y el Dalai Lama, símbolo espiritual y dirigente del Gobierno Tibetano en el Exilio.
Estas celebridades históricas tienen en común su liderazgo a nivel mundial y estar vinculadas a la esperanza y dignidad de sus fieles. Del mismo modo son líderes espirituales y políticos con una impronta fundamental para sus pueblos.
Otras de las ideas que a veces considero es que los seguidores de estas distinguidas personas son reflejos de sus líderes y en la mayoría de los casos se comportan así.
Sin embargo, en los sucesos del 15 de marzo en que varios disidentes ocuparon templos católicos en el país, en especial los 13 opositores que se personaron en la Basílica de la Iglesia de la Caridad de La Habana, la conducta de quienes representan a Benedicto XVI no estuvo a la altura de sus responsabilidades. Estos cubanos dignos pedían que el Papa en sus homilías para los cubanos resaltará la necesidad de cambios donde se respeten la dignidad y los derechos humanos fundamentales de nuestro sufrido pueblo.
Sorprendente fue la actitud de los dirigentes de la iglesia al ordenar la expulsión por la fuerzas de esos fieles seguidores del catolicismo y promotores del humanismo en Cuba. Asimismo de denostado fueron las dos publicaciones que hicieron en la prensa oficial del gobierno.
Pero lo más triste fue que personas llamadas progresistas y/o disi- dentes aprobarán la censura de estos acontecimientos únicos en la nación desde hace más de treinta años. Sus palabras no solo hirieron el corazón de estos amantes de libertad sino también a la historia.
Afirmar que este hecho fue inoportuno, irresponsable e invasivo es una contradicción de la realidad. Es un apoyo irreverente al igual que exponer que esta fue una acción extremista en el lado negativo de la vida.
Mas a pesar de esta triste situación me regocijó porque la acción de los ocupantes no es condenable al menos por la palabra del Dios de la biblia, la historia de la humanidad y el compendio de la ciencia de la desobediencia civil masiva no violenta de Gene Sharp.
Veamos que nos dice la historia.
También Martin Luther King sintió el peso doloroso de las críticas destructivas y en su Carta desde la cárcel de Birmingham se expresó así: “¿Acaso no fue Jesús un extremista del amor?: Amar a vuestros enemigos; perdonad a los que los vejan; haced el bien a los que os odian y rezad por los que abusan maliciosamente de vosotros y os persiguen. Y Pablo, un extremista del evangelio cristiano: Llevo en mi cuerpo las señales de nuestro Señor Jesucristo. Y Martin Lutero, un extremista: A lo dicho me atengo; no puedo obrar de otra manera: que Dios venga en mi ayuda. Y Jon Buyan: Permanecería en la cárcel hasta el fin al de mis días antes que asesinar mi conciencia. Y Abram Lincoln: Esta nación no puede sobrevivir esclava a medias y libre a medias. Y Tomas Jefferson: Para nosotros hay verdades evidente de suyo, y una de ellas es que todos los hombres fueron creados iguales […]”.
En la historia de Cuba, de la misma manera, tenemos esas grandes personas que derramaron su amor hasta el extremo. Hatuey: lo invitaron arrepentirse de su lucha por la libertad o la hoguera, y le ofrecieron la vida en cielo, y pregunto: y ustedes estarán allí; le contestaron que sí, y les dijo: entonces yo no quiero estar. Narciso López y más de cincuenta de sus compañeros en su lucha contra el imperio español instalaron la bandera cubana en la toma de Matanzas. Y Carlos Manuel Céspedes en su amor por la independencia dejo todos sus bienes y privilegio y dio el grito de libertad y patria. Y los bayameses antes de volver a la esclavitud prefirieron quemar su ciudad. Y Antonio Maceo, ante la paz sin independencia, hizo la Protesta de Baragua. Y nuestro apóstol José Martí, cuando dijo; sobre el yugo pondré la estrella que ilumina y mata. Y Tomas Estrada Palma, en el momento de juzgar al militar que mató a su madre expuso: “La memoria de mi madre es demasiada sagrada para que yo la manche con un sentimiento de venganza”. Y los jóvenes fusilados por el gobierno castro-estalinista que antes de morir gritaron viva Cristo Rey. Y Orlando Zapata Tamayo que se negó a comer hasta la muerte para que se respetaran los derechos humanos. Y Juan Wilfredo Soto que no sobrevivió a la paliza de la policía política cuando reclamaba libertad de expresión. Y Wilman Villar, murió de inanición por las libertades básicas. Y Laura Pollan, nunca sus pies ni su espíritu se cansaron exigiendo la libertad de su patria.
Y King nos sigue diciendo en su carta: “Así que el problema no estriba en saber si hemos de ser extremistas, sino en la clase de extremista que seremos. ¿Llevaremos nuestros extremos hacia el odio o hacia el amor? ¿Pondremos el extremismo al servicio de la conservación de la injusticia o de la difusión de la justicia? En la dramática escena de la Gólgota fueron crucificados tres hombres. Nunca hemos de olvidar que los tres fueron crucificado por el mismo delito: el delito del extremismo. Dos de ellos eran extremistas de la inmoralidad, y por eso cayeron más bajos que el mundo que les rodeaba. El otro, Jesucristo, era un extremista del amor, de la verdad y de la bondad, y por eso se elevo por encima del mundo que le rodeaba. Bien podría ser que el Sur, la nación y el mundo necesitan muchísimo de extremistas creadores”.
Y bien, estos jóvenes fueron a la búsqueda del bien para su patria y su fin fue el amor, no podremos decir como Maquiavelo: “El fin justifica los medios”; pero si como lo exponen los cristianos, “el fin no justifica los medios”.
Pienso que su fin es amor y sus medios el amor; además vivimos bajo una dictadura totalitaria estalinistas sin ningún espacio libre para llorar nuestras penas y gritar hasta el infinito por el dolor que nos acoge en esta sociedad llena de miedo. Por todo esto no podemos reprobar esta acción de valientes y amorosos; porque estos llevan en su alma el anhelo intenso de libertad para su pueblo.
Estas personas en su protesta no han violado ninguna ley justa y sí, leyes injustas que prohíben los reclamos de los derechos humanos fundamentales para el pueblo cubano. Y no me alarmo por esta violación; porque el mismo San Agustín de Hipona nos dejo el legado que “una ley injusta no es tal ley” o Santo Tomas de Aquino: “Una ley injusta es una ley humana que no tiene su origen en la ley eterna y en el derecho natural. Toda norma que enaltece la personalidad humana es justa; toda norma que degrada la personalidad humana es injusta”.
La ciencia de la desobediencia civil masiva no violenta expuesta en el libro de La Democracia a la Dictadura de G. Sharp, recomienda estos métodos de intervención no violentos: entrar y sentarse; entrar y quedarse de pie; meterse a tropel; incursión no violenta; Invasión no violenta; ocupación no violenta; huelga de quedarse en el sitio; desobediencia civil de las leyes neutrales.
Todos estos eclesiásticos y demás personas de críticas no creativas llevan la censura del papa Benedicto XVI. Porque la del pueblo cubano y la del Dios Bíblico están segura.
Ruego a este Dios salvador y misericordioso que en las intervenciones de Benedicto XVI, mire el rostro y el alma de sufrimiento del pueblo cubano para que pueda evocar al profeta Isaías:
El espíritu de Jehová el Señor esta sobre mi, porque me ungió jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los preso aperturas de la cárcel; a proclamar el año de la buena voluntad del Señor. No hay paz, dijo mi Dios, para los impíos.




Dr. Oscar Elías Biscet
Presidente de la Fundación Lawton de Derechos Humanos
Medalla Presidencial de la Libertad

QUIENES MANIPULAN LA HISTORIA NO ENGAÑAN A NADIE

Su falso estado de tranquilidad se transfiguró rápidamente. No pudo soportar el cuestionamiento de su política de estado. No le importó en lo más mínimo que la resolución hubiera sido apoyada por veinte Jefes de Estado o de Gobierno. Pensó que encolerizarse y proferir improperios contra el presidente de una nación frenaría la resolución de condena al terrorismo del grupo ETA.

Estos hechos insólitos tuvieron lugar durante la X Cumbre Iberoamericana, en Panamá, en el año 2000. Como protagonista irascible y soez el mandatario Fidel Castro. La víctima de su injustificada violencia verbal, el presidente salvadoreño Francisco Flores. Este último, haciendo despliegue de sus principios cristianos, siguió el consejo del Rey Salomón : "Responde al necio como merece su necedad para que no se estime sabio en su propia opinión”.

Todo el profundo conocimiento adquirido por Flores en los centros universitarios de Oxford y en la estadounidense Harvard, más el dominio filosófico del pensamiento hinduista, le sirvieron para mantener una profundad ecuanimidad y responder sabiamente a este despreciable dictador que se comportaba como un energúmeno.

En numerosas ocasiones anteriores Castro había utilizado un lenguaje despótico en sus intercambios diplomáticos, así como violado las normas civilizadas de conducta y de protocolo en sus relaciones con otros jefes de estados. El más notorio cuando dio a la publicidad una conversación privada telefónica con el presidente de México, Vicente Fox. Su actitud traicionera fue vengarse del Presidente mexicano quién le pidió que no creara una situación embarazosa con el entonces Presidente Bush durante la conferencia de Monterrey, en abril de 2002.

Cuando algunos piensan que estas son las características propias del temperamento de este dictador caribeño no están lejos de la realidad. Ahora bien, los más trágico es que no se trata solo de su carácter sino de su habilidad para haber imprimido la misma naturaleza de intolerancia al sistema totalitario que ha dirigido por más de medio siglo.

En un asunto relacionado, el 16 de febrero del año en curso tuve el honor de testificar en el Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representante, en el Subcomité de África, Salud General y Derechos Humanos. Uno de los aspectos que expuse fue mi apoyo a la independencia del pueblo kosovar. Y reclamé la misma solidaridad con el pueblo cubano en su lucha por la libertad y la democracia.

Este sincero y digno anhelo, más las fuertes críticas a la dictadura castro-estalinista que oprime a mi país, desencadenó en los fieles voceros del régimen una serie de comentarios falsos que distorsionaron no solo mis declaraciones sino hasta la misma la historia universal.

Revisemos mis palabras con la misma exactitud en que fueron expuestas en aquel momento:

“Mañana celebraremos con orgullo el cuarto aniversario de la independencia de Kosovo. Hace cinco años ustedes los americanos le prometieron a los albanokosovares su decidido apoyo a la independencia. Lo hicieron con tanta firmeza, honor y amor que sumaron a muchos países en esta justa causa y triunfaron”.

“Este es el apoyo que yo pido de ustedes para que mi pueblo sea libre y soberano”.

Los alabarderos del régimen tiránico han estado repitiendo que pedí al Congreso estadounidense una intervención militar en Cuba al estilo de Kosovo, o un bombardeo a mi patria como el de la OTAN a Serbia. Para reforzar esa idea llegaron al extremo de tildarme de enfermo mental como lo hizo su Fuhrer Fidel Castro en 1999.

Aunque carecen de fundamentos todas estas palabras son dichas para confundir y ahogar las esperanzas de libertad del pueblo cubano que vive bajo la constante mentira y la desinformación premeditada del gobierno castrista. Estos loros mal pagados deben saber que la historia no se puede torcer para beneficiar los caprichos de los déspotas porque dejaría ser ella misma sin sus fundamentos científicos. Veamos.

En la historiografía descrita aquí sobre Kosovo existen dos momentos independientes uno del otro. El primero relacionado con la Guerra de Kosovo, en 1999; y el otro con su Declaración de Independencia, en el 2008.

GUERRA DE KOSOVO, EN 1999.

Slobodan Milosevic fue presidente de la Republica Federal de Yugoslavia, formada por Serbia, incluido Kosovo, y Montenegro, de 1997-2000. Era comunista y basó su poder en la exaltación del nacionalismo Serbio. Sus sueños de creación del Gran Imperio Serbio o la Gran Serbia se vieron frustrados al observar la desintegración de su nación.

Por otra parte, la Republica Federal Socialista de Yugoslavia estaba formada por seis Republicas autónomas (Eslovenia, Croacia, Bosnia-Herzegovina, Macedonia, Montenegro y Serbia) de 1945 a 1992. Milosevic abrogó la autonomía de la Provincia de Kosovo en 1989. El poder central de Serbia comenzó a promover una política de terror y limpieza étnica contra los albanokosovares en 1998.

Con el objeto de poner fin a la carnicería, las Naciones Unidas declararon a Milosevic culpable por crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y de genocidio. Tras el fracaso de las negociaciones para solucionar por las vías políticas y diplomáticas este conflicto, la OTAN y otros países intervinieron militarmente en Yugoslavia, entre los meses de marzo y junio de 1999.

La resolución 1244 del Consejo de Seguridad de la ONU que dio luz verde para frenar los crímenes de Milosevic mantenía el statu quo de la provincia de Kosovo en Serbia. Se desplegó una fuerza multinacional para el mantenimiento de la paz en Kosovo (KFOR). Los veintiséis países miembro de la OTAN y otros siete no miembros de este pacto conformaron la KFOR.

Como resultado de esta iniciativa, Milosevic fue entregado por el gobierno de su país al Tribunal Internacional de la Haya, por los crímenes imputados en los conflictos de Kosovo, Croacia (1991-1992) y de Bosnia (1992-1995). El proceso comenzó en febrero de 2002; pero no se pudo concluir por su muerte repentina el 11 de marzo de 2006.

Este carnicero de los albaneses y discípulo Hitler, escapó de la sanción de los tribunales humanos; pero no de la condena de la historia y mucho menos de la justicia de Dios.

DECLARACIÓN DE INDEPENDENCIA DE KOSOVO.

En este período reinaba la paz sobre este territorio. El Parlamento de Kosovo proclamó la independencia de forma unilateral 17 de febrero de 2008; y formó la República Democrática de Kosovo. Según Hashin Thaci, primer ministro, la república se caracteriza por ser “democrática, multiétnica y no discriminatoria” y señaló: “el respecto a las minorías y de los derechos del hombre y los ciudadanos bajo la convención europea de derechos humanos”.

En el 2007 el presidente George Bush fue recibido por el pueblo albanes, en Fushe Kruje cerca de Tirana. Allí prometió la independencia de Kosovo y la entrada a la OTAN de Albania. Ambas son realidades hoy. Los albaneses lo recibieron con tanto amor y alegría que el tirano en jefe de Cuba se molestó con este hermoso hecho. La propuesta de independencia de Kosovo promovida por Bush, fue apoyada por 69 países de los 192 que conforman las Naciones Unidas. Y hasta el 10 de febrero de 2012 la apoyaban 88 países.

Se produjeron, sin embargo, situaciones contradictorias como el hecho de que países que participaron en la campaña militar tales como España, Eslovaquia y Grecia, no reconocieron más tarde la soberanía de Kosovo. Otro suceso inexplicable fue que la independencia declarada por los albanokosovares en 1990 fue reconocida solamente por sus hermanos étnicos los albaneses. Este es un pueblo de confesión religiosa de mayoría musulmana y considero a Bush, un verdadero héroe y le erigió una estatua en Fushe Kruje, en el 2011.

En otro de esos extraños acontecimientos de la historia, los EUA apoyaron la independencia de Albania en 1912, en contraposición de las potencias depredadoras europeas que hicieron todo lo posible por borrar del mapa europeo a los albaneses.

Asimismo la Corte Internacional de Justicia de La Haya manifestó que la declaración de independencia de Kosovo no violaba el derecho internacional, ni tampoco la resolución 1244 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

Serbia con un nuevo enfoque político aunque no ha reconocido a Kosovo, ha expuesto que fue un proceso legal. Ambas naciones están interesadas en pertenecer a la Unión Europea. Rusia, China, Irán, Cuba y otros pocos se niegan a reconocer esta independencia.

La dictadura castro-estalinista ha estado relacionada con muchos eventos malévolos de la humanidad como esta negativa de reconocer la independencia y soberanía del pueblo albanokosovar, uno de los más antiguos del continente europeo.

Sin embargo los voceros del régimen autocrático de La Habana nunca han cuestionado por qué F. Castro le había entregado la más alta distinción del Consejo de Estado, la Orden José Martí, a los tristemente celebres personajes despreciados por sus pueblos como a Nicolás Ceausescu, Eric Honecker, Robert Mugabe y Muammar Gadafi.

Mi pensamiento relacionado con la libertad y la democracia para Cuba ha sido expuesto con absoluta claridad en mis escritos y declaraciones. Como fervoroso discípulo de Gandhi digo: “Debemos ser la expresión de nuestras proposiciones”. Este es el verdadero sentido de mi vida y la razón principal para mantenerme firme en la lucha por la libertad de mi patria y por los derechos humanos en el mundo.

Dr. Oscar Elías Biscet
Presidente de la Fundación Lawton de Derechos Humanos
Medalla Presidencial de la Libertad